Queridos tuppernautas:
Desde este pequeño gran supertupper, yo deseo de todo corazón que la terrible crisis que estamos viviendo en estos momentos, se acabe convirtiendo en un hervidero de oportunidades para todos los luchadores que no nos rendimos nunca. A pesar de los innumerables obstáculos, siempre podemos encontrar alguna luz, una puerta, varias ventanas y, sobre todo muchas manos que nos sujetan para no caer o que nos ayudan a levantarnos del suelo, cuando irremediablemente nos hemos caído. Siempre.
El pasado miércoles comenzó una nueva etapa. Un cambio -en apariencia- inesperado y repentino. Un cambio tal vez necesario -ya se verá-. Os explico:
Hace ya más de ocho años que trabajo para una reconocida multinacional sueca dedicada a la venta minorista de muebles y productos para el hogar y la decoración. La sección de Plantas y decoración fue mi primera "estación". Allí comencé a dar mis primeros pasos como coworker (o "vendedora"). Un trabajo que -como muchos que estudiábamos por aquel entones- contemplaba como algo temporal, de pocas horas por las tardes, y que podía compaginar perfectamente con mis estudios en la universidad.
Así pasaron los meses y no lo pude evitar. Me cautivó. Me cautivaron todas las personas que formábamos parte de ese gran equipo, y sin saber cómo, ni el porqué, ni para qué... lo que en un principio iban a ser solo unos cuantos meses, casi sin darme cuenta se han convertido ya en ocho años y cuatro meses -¡madre mía!
Sin embargo, no hace falta que os recuerde -queridos tuppernautas- que hoy las cosas no andan bien, ¿verdad? Como era de esperar, también la crisis económica ha entrado por sus puertas, y no se están cumpliendo los objetivos de venta. Los ingresos no están siendo los deseados, así que una de las medidas tomadas como solución ha sido la de reducir los costes de personal. Como empresa actúa según su naturaleza... No hay reproches y que quede claro que con esto no pretendo juzgar a nadie, pues aquí no hay ni "buenos" ni "malos". Hay solo circunstancias y diversas interpretaciones. Somos nosotros mismos quienes decidimos cómo queremos verlo.
Y yo lo acepto. Lo intento hacer cada día, pero... es inevitable. Una atmósfera de incertidumbre me envuelve en estos momentos.
Ahora... Dudas de todo tipo y miedo. Miedo porque -queridos tuppernautas- no sé qué es lo que puede suceder mañana, ni me lo quiero imaginar.
Ahora... Me pregunto a mí misma cada noche -en silencio y perdida en mis pensamientos, al repasar cada secuencia del día, reparando en mis errores-: "¿Cuál será el siguiente paso? ¿Qué me depara el futuro? ¿Es este el comienzo del final?"
Queridos tuppernautas, hoy vuelvo a mezclar sensaciones, a encontrar sentimientos de ayer que creía olvidados. Impotente intuyo como vuelve el ayer y, confundido el hoy, se asusta el mañana.
Ahora más que nunca, queridos tuppernautas, necesito unos cuantos abrazos... Abrazos de esos de más de dos minutos :-).
Ánimo Conchi! A veces lo que hoy nos parece algo malo con el tiempo acaba convirtiéndose en lo positivo. Tampoco me quiero poner muy filosófico, solo te diré que echaba de menos Supertupper.
ResponderEliminarJajajaja...MUCHAS GRACIAS, corazón. Es que ver que de IKEA se ha ido gente que vale tanto por esto... me afecta. Y todavía quedan más idas y cambios... En fin...Así son las cosas y hay que aprender a aceptarlas para comenzar a ver lo positivo de estas experiencias :-). Espero que sigas el MENÚ SEMANAL DE SUPERTUPPER...Variadito, ya verás jajajaja...
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