Jardín histórico El Capricho
Es precioso, enigmático y -sorprendentemente- todavía un gran desconocido. El jardín El Capricho de la Alameda de Osuna se presenta como uno de los espacios verdes, que conforman el patrimonio artístico-natural de Madrid. Sin duda, uno de los parques más bellos y cautivadores de la ciudad. La mejor opción - por qué no- para perderse cualquier fin de semana.
Este parque nació en el año 1784 cuando los Duques de Osuna -una de las familias más ilustradas y poderosas del momento-, obtuvieron la finca para dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas y, sobre todo para alejarse de la gran ciudad.
Más concretamente, fue la duquesa, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, la principal impulsora de este parque. En aquel entonces, ella era considerada como la mujer más inteligente de la época y -protectora de artistas, toreros e intelectuales- creó en la finca un auténtico paraíso artístico-natural frecuentado por las personalidades más ilustres del momento, en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenógrafos con más prestigio.
Siguiendo el contexto histórico, a la muerte de la duquesa, su primer nieto heredó el ducado de Osuna y, con él, El Capricho. Sin embargo, cuando muere, el ducado pasó a manos de su hermano, con quien llegaría el primer declive. Auténtico derrochador y de carácter excéntrico, perdió toda la fortuna familiar por lo que a su muerte, la finca hubo de ser subastada para liquidar sus deudas. Pasó entonces a manos de la familia Baüer. A pesar de que mantuvieron el paraje en un aceptable estado de conservación, su decadencia ya no tenía marcha atrás y, poco a poco, fueron vendiéndose sus pertenencias.
Más adelante, durante la Guerra Civil, lo que había sido un lugar de recreo se convirtió en Cuartel General del Ejército del Centro, de cuya época queda un entramado de bunkers que recorre el jardín. Finalizada la guerra, la finca pasó por manos de varias inmobiliarias hasta que en 1974 el Ayuntamiento de Madrid se hizo con el parque y, varios años después, se empezó con su restauración. Finalmente, tras varios períodos de abandono, fue recuperado en 1999. Un trabajo reconocido, que en 2001 se premió con el diploma "Europa Nostra".
En lo referente a sus cualidades artísticas, la excelencia paisajista de El Capricho se manifiesta en tres tipos de jardines clásicos: el parterre o jardín francés, el paisajista inglés y el giardino italiano. Delante de la fachada oeste del palacio se extiende el parterre, con sus setos recortados como si de un bordado sobre la tierra se tratase. En la parte baja se sitúa el italiano, el espacio más antiguo de la finca, que mezcla los setos y rincones con árboles en los que tomar el sol en invierno, o resguardarse a la sombra del sol veraniego. Cerca de éste, se encuentra el laberinto, concebido para el juego amoroso y los escondites; está hecho con laurel y respeta los planos del que se plantó en vida de la duquesa. Por último, el resto del parque se contempla como un típico jardín paisajista inglés, evocando la naturaleza en su estado puro, que invita al paseo y a detenerse en los rincones más escondidos. Lo más curioso que se puede encontrar en él, es la abundancia de los llamados árboles del amor -cercis siliquastrum- y también de olmos, almendros, encinas y lilos, que en primavera especialmente llenan el paseo de múltiples colores.
Dirección: Paseo de la Alameda de Osuna, s/n
Teléfono: (+34) 91 588 01 14 (información sobre visitas al parque)
Metro: El Capricho (Línea 5)
Bus: 101, 105, 151
Horarios: Invierno (octubre a marzo): sábados, domingos y festivos de 09:00 a 18:30 horas.
Verano (abril a septiembre): sábados, domingos y festivos de 09:00 a 21:00 horas. Cerrado: 1 de enero y 25 de diciembre.
Más concretamente, fue la duquesa, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, la principal impulsora de este parque. En aquel entonces, ella era considerada como la mujer más inteligente de la época y -protectora de artistas, toreros e intelectuales- creó en la finca un auténtico paraíso artístico-natural frecuentado por las personalidades más ilustres del momento, en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenógrafos con más prestigio.
Siguiendo el contexto histórico, a la muerte de la duquesa, su primer nieto heredó el ducado de Osuna y, con él, El Capricho. Sin embargo, cuando muere, el ducado pasó a manos de su hermano, con quien llegaría el primer declive. Auténtico derrochador y de carácter excéntrico, perdió toda la fortuna familiar por lo que a su muerte, la finca hubo de ser subastada para liquidar sus deudas. Pasó entonces a manos de la familia Baüer. A pesar de que mantuvieron el paraje en un aceptable estado de conservación, su decadencia ya no tenía marcha atrás y, poco a poco, fueron vendiéndose sus pertenencias.
Más adelante, durante la Guerra Civil, lo que había sido un lugar de recreo se convirtió en Cuartel General del Ejército del Centro, de cuya época queda un entramado de bunkers que recorre el jardín. Finalizada la guerra, la finca pasó por manos de varias inmobiliarias hasta que en 1974 el Ayuntamiento de Madrid se hizo con el parque y, varios años después, se empezó con su restauración. Finalmente, tras varios períodos de abandono, fue recuperado en 1999. Un trabajo reconocido, que en 2001 se premió con el diploma "Europa Nostra".
En lo referente a sus cualidades artísticas, la excelencia paisajista de El Capricho se manifiesta en tres tipos de jardines clásicos: el parterre o jardín francés, el paisajista inglés y el giardino italiano. Delante de la fachada oeste del palacio se extiende el parterre, con sus setos recortados como si de un bordado sobre la tierra se tratase. En la parte baja se sitúa el italiano, el espacio más antiguo de la finca, que mezcla los setos y rincones con árboles en los que tomar el sol en invierno, o resguardarse a la sombra del sol veraniego. Cerca de éste, se encuentra el laberinto, concebido para el juego amoroso y los escondites; está hecho con laurel y respeta los planos del que se plantó en vida de la duquesa. Por último, el resto del parque se contempla como un típico jardín paisajista inglés, evocando la naturaleza en su estado puro, que invita al paseo y a detenerse en los rincones más escondidos. Lo más curioso que se puede encontrar en él, es la abundancia de los llamados árboles del amor -cercis siliquastrum- y también de olmos, almendros, encinas y lilos, que en primavera especialmente llenan el paseo de múltiples colores.
¿Te ha sorprendido?
Si todavía no has tenido la oportunidad de acercarte y descubrir todos sus recovecos, ¡anímate! Merece la pena perderse en este maravilloso parque. Un pequeño gran paréntesis que te llevará a otras épocas. Un hechizo que te cautivará para siempre.
DATOS DE INTERÉS
Dirección: Paseo de la Alameda de Osuna, s/n
Teléfono: (+34) 91 588 01 14 (información sobre visitas al parque)
Metro: El Capricho (Línea 5)
Bus: 101, 105, 151
Horarios: Invierno (octubre a marzo): sábados, domingos y festivos de 09:00 a 18:30 horas.
Verano (abril a septiembre): sábados, domingos y festivos de 09:00 a 21:00 horas. Cerrado: 1 de enero y 25 de diciembre.
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