Esas pequeñas "cosas"...
La hipnosis es una técnica con la que se logra un estado psicofisiológico especial, diferente del estado de vigilia normal.
En este sentido, un buen tratamiento de hipnosis respeta la sabiduría que existe a niveles profundos de conciencia del paciente y puede producir un nuevo aprendizaje, el cual se realiza bajo la orientación de un terapeuta que irá guiando y acompañando la experiencia de trance.
En este sistema hipnótico, la persona se encuentra en todo momento bajo el control de su voluntad, siendo imposible someterla a una vivencia que no desee.
No pierde ni la voluntad, ni la memoria, ni la conciencia de sí mismo y, sin embargo, puede acceder a niveles profundos del subconciente, desde donde se pueden resolver los conflictos emocionales con mayor eficacia.
El trance hipnótico tiene un abanico enorme de aplicaciones posibles, que van desde la resolución de conflictos o problemas concretos, hasta el desarrollo personal motivado por el interés de la exploración interna y las ansias de conocer más de sí mismo.
Más concretamente, a través de la experiencia de trance en la hipnosis es posible acceder a vivencias, emociones, imágenes o sensaciones que no se recuerdan en estados de vigilia.
En definitiva, la hipnosis ha demostrado su utilidad en diversas patologías como trastornos de ansiedad, miedos, crisis de pánico, traumas, depresión, fobias, timidez, nerviosismo, baja autoestima, obsesiones compulsivas, manejo del dolor, del estrés, y como apoyo a tratamientos para dejar comportamientos adictivos relacionados con el alcohol, el tabaco o las drogas. Asimismo, también ha resultado ser realmente eficaz, controlando el peso corporal.
En este sentido, un buen tratamiento de hipnosis respeta la sabiduría que existe a niveles profundos de conciencia del paciente y puede producir un nuevo aprendizaje, el cual se realiza bajo la orientación de un terapeuta que irá guiando y acompañando la experiencia de trance.
En este sistema hipnótico, la persona se encuentra en todo momento bajo el control de su voluntad, siendo imposible someterla a una vivencia que no desee.
No pierde ni la voluntad, ni la memoria, ni la conciencia de sí mismo y, sin embargo, puede acceder a niveles profundos del subconciente, desde donde se pueden resolver los conflictos emocionales con mayor eficacia.
El trance hipnótico tiene un abanico enorme de aplicaciones posibles, que van desde la resolución de conflictos o problemas concretos, hasta el desarrollo personal motivado por el interés de la exploración interna y las ansias de conocer más de sí mismo.
Más concretamente, a través de la experiencia de trance en la hipnosis es posible acceder a vivencias, emociones, imágenes o sensaciones que no se recuerdan en estados de vigilia.
En definitiva, la hipnosis ha demostrado su utilidad en diversas patologías como trastornos de ansiedad, miedos, crisis de pánico, traumas, depresión, fobias, timidez, nerviosismo, baja autoestima, obsesiones compulsivas, manejo del dolor, del estrés, y como apoyo a tratamientos para dejar comportamientos adictivos relacionados con el alcohol, el tabaco o las drogas. Asimismo, también ha resultado ser realmente eficaz, controlando el peso corporal.
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